de las maestras y las obras de arte

Cuando tenía 13 años me encontré con la Maestra Hortencia de Ponce, me maravillaba sentarme una hora frente a una mujer que con cada uno de sus cabellos blancos tenía más historias que canas. Cada clase era una probadita si, de piano, pero también de historia, de geografía, de ciencia y de creatividad. Sus métodos eran duros y sin embargo no hubo una clase en que me arrepintiera de haber vencido la flojera característica de cualquier niña de secundaria que podría estar viendo televisión los miercoles a las 6 de la tarde.
Poco tiempo tuve la oportunidad de aprender de ella, 3 años después me tuve que despedir; pero hoy que pensé en los maestros que han cambiado mi vida la vi como hace 10 años cuando con sus palabras me cautivó.
Quise empezar recordando a la maestra Hortencia porque para mi la educación es, además de un proceso mediante el cual se transmiten conocimientos, un abrir los ojos al mundo y verlo diferente una vez más, es sentir que tu vida ya no será la misma con lo que acabas de descubrir y confirmar que siempre va a haber algo más que aprender.
Si creo que todos en algún momento de nuestras vidas educamos, pero creo que algunos lo saben hacer de una forma que podría compararse con la más hermosa obra de arte, como si se pudiera hacer un Modigliani con recetas me encantaría poder ser para alguien lo que para mí fue esa maestra.